La Irrepetible Revolución De Internet

Recursos Educativos Multilingües Sobre Característica Intelectual y el Public Domain

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LA IRREPETIBLE REVOLUCIÓN DE INTERNET

James Boyle, 2 de noviembre de 2005

Internet cumple años. Este mes conmemoramos el décimo quinto aniversario de la creación de la primera web page. Es el aniversario de la fabulosa idea de Tim Berners-Lee de que podía haber una red mundial, conectada no solo por cable sino también por links de hipertexto, por protocolos de transferencia de hipertexto (http) y por localizadores uniformes de recursos (URL).

¿Cómo debemos celebrar este aniversario? Estamos demasiado próximos a Internet como para comprenderlo. Y aquellos que perdieron dinero con el boom de los dotcoms saludan todas y cualesquiera celebraciones de Internet como el que con resaca oye mencionar una bebida de la que abusó. El conocimiento de excesos embarazosos conduce a un puritanismo renunciante. ¡Fuera el tequila y el romanticismo cibernáutico!, ¡no sirven para mí!

Es una pena que así sea, porque hay tres cosas que debemos comprender sobre Internet. En primer lugar, es más fabulosa de lo que podamos imaginar. En segundo lugar, la conjugación de tecnologías que permitieron que Internet fuera un éxito era muy improbable. En tercer lugar, hoy en día probablemente no la crearíamos, ni crearíamos ninguna de las tecnologías que a ella condujeron. En verdad, lo más probable es que creásemos una Internet a medio gas o que la declarásemos ilegal.

¿Porqué Internet es fabulosa? Por todo lo que nos ha permitido construir usándola como substrato. Algunos recordarán todavía cuando los sitios más interesantes tenían imágenes de coffee pots en universidades lejanas. («Ves», decíamos orgullosos a los neófitos, «la cafetera está vacía y nosotros podemos verla desde aquí, ¡esto cambia todo!») ¿Y ahora? ¿Cuándo fue la última vez que el lector consultó una enciclopedia? Cuando fue la última vez que su curiosidad - ¿Existe un sustantivo colectivo para definir un conjunto de alondras? ¿Gerald Ford todavía vive? ¿Porqué el cielo es azul? - tardó más de un instante en ser satisfecha? (Lo que sentimos es una «exaltación», sí, y busquen ustedes mismos el significado de la palabra.) Gran parte de esa información que consultamos es suministrada por voluntarios a quienes les gusta compartir su saber. Piensen en la amplitud de información cultural, científica y literaria que abarca la Public Library of Science y la Wikipedia, el Project Gutenberg o el National Map. Internet no nos coloca en un estadio en el que todos tengamos acceso a la cultura y al conocimiento, ni en el que todos podamos contribuir para ellos. No podemos asegurar la cultura global ni la conexión global. Pero nos acerca.

¿Porqué Internet es improbable? Prepárense para un momento de lenguaje técnico-informático. Para la mayoría de las personas, Internet está constituida por ordenadores de uso general que usan protocolos abiertos - standards y lenguajes que no pertenecen a nadie - conectados a una red (no hay ningún punto central del cual procedan todos los datos), cuyos mecanismos que hacen posible la transferencia de datos son también abiertos.

Imaginemos una red con el diseño opuesto. Imaginemos que el fabricante nos enviara una terminal que el fabricante ha cerrado con un conjunto de de programas y funciones. No hay posibilidad de probar nuevas tecnologías desarrolladas por terceros - nada de mensajes instantáneos, Google Earth, animaciones flash... Imaginemos también que la red fuera cerrada y fluyera desde una fuente central. Algo más parecido a una televisión de pago que a una red. Nadie puede decidir de repente crear un site. El New York Times quizás consiga garantizar un espacio mínimo en esa red. Los blogs, Wikipedia o Jib Jab ni siquiera existen. Imaginen que el software y los protocolos estuvieran sometidos a un régimen propietario. El lector no podría concebir un nuevo programa que se transmitiera en este sistema, porque no sabría cómo funcionaba y porque de cualquier forma, podría ser ilegal crearlo. Imaginen, por lo tanto, algo tan excitante y creativo como el cuadro con el horario de los trenes.

Internet se desarrolló porque caminamos en la dirección opuesta - en dirección a la abertura y a la ausencia de un control central. A menos que el lector crea que hay una especie de mano invisible de inevitabilidad tecnológica que nos empuja en dirección a la abertura - lo cual dudo - estamos ante una marcada e histórica conjugación de tecnologías.

¿Porqué tal vez hoy no creásemos Internet? Internet alcanzó demasiado deprisa niveles deslumbrantes de popularidad para que la pudiéramos controlar. Los abogados, los policy makers y los titulares de derechos de autor no estaban allí cuando Internet nació. ¿Qué habrían dicho si hubieran estado? ¿Cómo sería una internet diseñada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual o por Walt Disney? Se parecería más a una televisión por suscripción o a Minitel, la red telemática francesa. En principio, la lógica del control tiene siempre sentido. « ¿Dejar que cualquier persona se conecte a una red? ¿Dejar que cualquier persona decida los contenidos a colocar en red? Esto es una receta para la piratería y la pornografía.»

Y claro que lo es. Pero también es la receta para tener mucho, mucho más. Esta vez los abogados aprendieron la lección. La regulación del desarrollo tecnológico debe hacerse por etapas. Cuando aparezcan las próximas tecnologías disruptivas en el ámbito de las comunicaciones, los abogados y la lógica del control estarán mucho más presentes. Y esta no es una idea agradable.